Por larespuestacl 
La Conferencia Episcopal de Chile ha emitido una declaración pública en respuesta al anuncio del gobierno sobre el proyecto de aborto legal, una iniciativa que será presentada la próxima semana por la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana. Este tema ha provocado una merecida polarización entre los legisladores, evidenciando la profundidad de las divisiones ideológicas en el país.
El aborto legal es uno de los compromisos de campaña del Presidente Gabriel Boric, quien busca avanzar en una agenda de derechos a menos de un año del final de su mandato. En este contexto, los obispos chilenos han reafirmado su postura en defensa de la vida, destacando la dignidad del ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, y han lamentado las propuestas que consideran atentan contra este principio. En su declaración, citan con reverencia a figuras como el fallecido Papa Francisco, señalando que la vida es “sagrada e inviolable” en todas sus etapas.
Los obispos argumentan que el derecho a decidir sobre el propio cuerpo no debe eclipsar la existencia de un ser humano, “único e irrepetible”, que también merece respeto. Al abordar situaciones difíciles como embarazos no deseados o complicados, no identifican explicitamente casos como violaciones, pero hacen un llamado emocional a la empatía hacia las mujeres que enfrentan tales circunstancias, sin embargo, rechazan la violencia como solución viable.
Además, demandan a las autoridades y legisladores a promover una “sociedad inclusiva” que valore la vida en todas sus formas. Al citar a San Juan Pablo II, el mensaje es claro: el aborto es considerado un crimen y se invita a custodiar la vida de quienes están por nacer. Esta postura refleja la continua tensión entre el progreso social y la moralidad religiosa en Chile.