27 Jun 2025, Vie

Estudio PNUD: el pueblo chileno quiere cambios profundos. ¿El límite? La élite y los partidos políticos.



Tras un estallido social que sacudió al país, una pandemia que profundizó las desigualdades, y dos intentos fallidos de refundar la Constitución, Chile enfrenta hoy un dilema crucial: ¿cómo avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo y sostenible si no logramos ponernos de acuerdo?

Según el Informe de Desarrollo Humano 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el problema no es la falta de ideas ni de voluntad individual. Más bien, radica en la **falta de capacidad colectiva para transformar ese deseo de cambio en acciones concretas, legítimas y sostenibles en el tiempo.

Relaciones rotas: ciudadanía, élites y movimientos sociales

El informe señala que uno de los principales obstáculos es la fractura en las relaciones entre distintos actores sociales. La desconfianza se ha instalado como moneda corriente entre la ciudadanía, las élites y los movimientos sociales. Predominan la frustración, el resentimiento y la ausencia de liderazgos capaces de articular un proyecto común que integre a todos los sectores.

La percepción generalizada entre la población es que los cambios estructurales —en educación, salud o pensiones— nunca terminan de concretarse. Y responsabilizan directamente a los líderes políticos y al gran empresariado por esta inacción.

Por otro lado, las élites miran a la ciudadanía con escepticismo. La ven como individualista, impaciente y reacia a asumir sacrificios. Esta “crítica mutua” termina generando un círculo vicioso de parálisis política y social.

Obstáculos institucionales y subjetivos

A esto se suman los obstáculos institucionales. Reformas urgentes como la previsional o la reformulación del marco constitucional han fracasado repetidamente. No por falta de diagnósticos precisos, sino por lógicas obstruccionistas basadas en revanchas políticas y agendas partidistas.

Pero también hay un factor subjetivo clave: muchas personas han perdido la fé en su propia capacidad para transformar el país e incluso sus propias vidas. Esa sensación de impotencia se convierte en resignación, y la participación ciudadana cae a niveles mínimos.

“La confianza interpersonal está por el suelo y el debate público se ha polarizado hasta el punto de convertirse en una guerra de trincheras”, explica el documento del PNUD. En lugar de buscar soluciones conjuntas, prima el interés por vetar al adversario.

Aunque todo parece oscuro, hay luz al final del túnel

Sin embargo, el informe no cierra la puerta a la esperanza. La mayoría de la población sigue deseando cambios profundos y tiene una visión más pragmática que las dicotomías ideológicas que dominan la política tradicional. Por ejemplo, quiere seguridad, sí, pero también derechos sociales.

Frente a este escenario, el PNUD entrega una propuesta: fortalecer las capacidades colectivas, reconstruir puentes de confianza, promover nuevos liderazgos dispuestos al diálogo y reconocer que el cambio no es un lujo, sino una necesidad urgente.

Chile cuenta con los recursos, los diagnósticos y una ciudadanía que anhela un futuro mejor. Lo que falta, concluye el informe, es reconstruir los canales de colaboración entre quienes pueden, quieren y deben impulsar el cambio.

Lea el informe en el siguiente enlace:

https://www.undp.org/es/chile/publicaciones/informe-sobre-desarrollo-humano-en-chile-2024

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