Por larespuestacl 
La reciente escalada de violencia en Gaza ha llevado a la comunidad internacional a replantear sus relaciones con Israel, y Chile no es la excepción. La posibilidad de que el Presidente Gabriel Boric decida romper lazos con el Estado hebreo ha despertado preocupación, especialmente en el ámbito de la defensa nacional.
Actualmente, la Armada de Chile utiliza misiles Barak 1, entre otros equipos defensivos de origen israelí. El impacto de una ruptura con Israel podría ser devastador, ya que tecnologías esenciales, como los fusiles Galil y drones, dependen de esta relación. Además, la colaboración con la firma israelí EGO, que proporciona sistemas críticos de telecomunicaciones para la seguridad interior, estaría bajo revisión, lo que puede afectar las operaciones de monitoreo de la Policía de Investigaciones.
José Antonio Gómez, exministro de Defensa, ha sido categórico al respecto, señalando que una ruptura con Israel sería “muy perjudicial para el país y su defensa”. A su juicio, esta decisión podría comprometer la seguridad nacional y debe manejarse con cautela.
Mario Desbordes, también exministro, advierte que aunque los gestos políticos son importantes, el presidente debe evaluar cuidadosamente cómo podrían afectar las relaciones en materia de defensa, que trascienden a la figura del actual primer ministro Netanyahu.
A medida que la situación en Gaza evoluciona, la incertidumbre en torno a la postura del gobierno chileno se intensifica. La pregunta ahora es, ¿realmente vale la pena arriesgar la seguridad nacional por una postura política que podría tener repercusiones a largo plazo?