Una nueva escalada de tensiones en Medio Oriente ha elevado los precios del petróleo y causado estragos en las bolsas asiáticas. Tras el ataque de Israel a objetivos en Teherán, el crudo Brent llegó a 75,10 dólares, un aumento del 8,28%, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) alcanzó los 74 dólares, subiendo un 8,8%. Este aumento es el más notable en más de dos meses y ha generado preocupación sobre el suministro energético mundial.
Los mercados bursátiles en Asia no se han salvado del impacto; el Nikkei de Tokio cayó un 1,2%, el Kospi de Seúl se hundió un 1,4% y el Hang Seng de Hong Kong perdió un 0,9%. Sin embargo, algunos expertos sugieren que la economía de la región podría recuperarse rápidamente, dado su escaso vínculo directo con el conflicto y sus relaciones económicas en crecimiento con países del Golfo como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
En la otra cara de la moneda, Wall Street tuvo un cierre mixto: el S&P 500 y el Nasdaq experimentaron ligeras caídas, mientras que el Dow Jones logró un leve avance.
Pero, ¿cómo afecta todo esto a Chile? Como país importador neto de petróleo, el aumento en el precio del crudo inevitablemente se reflejará en los costos de los combustibles y el transporte. Esto significa que es probable que se vean aumentos en los precios de la gasolina y el diésel, lo que a su vez puede ejercer presión sobre la inflación y encarecer los costos logísticos tanto para empresas como para consumidores.