Una querella por apropiación indebida interpuesta por Jacqueline Pinochet Hiriart contra su hermano Marco Antonio Pinochet está causando revuelo en torno al legado patrimonial del dictador Augusto Pinochet Ugarte. La acción legal plantea graves denuncias que implican la administración y arrendamiento, sin consentimiento, de al menos ocho propiedades familiares.
Entre las propiedades en cuestión se encuentran casas de veraneo, un departamento en Vitacura y una parcela en El Melocotón. Lo que hace más intrigante este caso es que estas propiedades están sujetas a medidas cautelares, tras una causa civil impulsada por el Consejo de Defensa del Estado, que, según Jacqueline, su hermano ha ignorado.
La querella, admitida por el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, pone sobre la mesa no solo el manejo cuestionable de los bienes familiares, sino también acusaciones de hostigamiento personal. Jacqueline sostiene que ha sido víctima de insultos y desprestigios cada vez que ha solicitado información sobre la administración de los bienes. El colmo de la situación es que, desde 2019, Marco Antonio habría impedido que su hermana visitara la tumba de sus padres, amenazando a los cuidadores del fundo Los Boldos.
En el documento legal, el abogado Jorge García resalta que la situación se ha vuelto insostenible, ya que se le ha negado a Jacqueline cualquier tipo de acceso a la información necesaria para participar en las decisiones sobre la herencia. Este conflicto familiar no solo es un lío personal, sino que también interroga el destino de la fortuna del dictador, un tema que ha captado la atención tanto nacional como internacional durante años.
Ahora, la fiscalía deberá determinar si los actos denunciados por Jacqueline constituyen delitos que pueden ser perseguidos penalmente, lo que añade un nuevo capítulo a este drama familiar en torno a uno de los legados más controversiales de la historia chilena.