Un reciente incidente en el centro de Santiago ha dejado a muchos con la boca abierta tras la liberación de un menor de edad involucrado en el atropello a un carabinero. A pesar de que el joven formaba parte de un grupo que huyó en un vehículo robado y que causó serios daños al funcionario policial, la decisión de la magistrada Claudia Godoy ha suscitado una ola de críticas.
Todo comenzó cuando tres individuos, todos de nacionalidad venezolana e indocumentados, intentaron escapar de un control policial en la intersección de Miraflores con Huérfanos. En su intento por eludir a las autoridades, atropellaron al carabinero que intentaba detener la marcha. En un acto de valentía, el funcionario se interpuso, pero la detención fracasó y resultó gravemente herido.
Los tres detenidos fueron formalizados por homicidio frustrado y porte ilegal de armas de fuego. Uno de los menores, que fue internado provisoriamente, y un adulto, que quedó en prisión preventiva, contrastan con la suerte del tercer individuo, quien fue liberado y celebró el hecho haciendo gestos burlescos hacia las cámaras, en lo que muchos consideran una falta de respeto hacia la ley y la comunidad.
La juez Godoy impuso medidas cautelares que incluyen sujeción al Sename y prohibición de salir del país. Sin embargo, la imagen de sus amigos vitoreándolo a su salida se ha convertido en un símbolo de la angustiante situación que enfrentan las fuerzas de seguridad en el país.
Las filmaciones del ataque, que fueron capturadas por testigos y cámaras de seguridad, muestran la violencia de la situación y el peligro que representó para los transeúntes. Muchos se cuestionan cómo es posible que un menor pueda salir tan fácilmente de un acto delictual de esta magnitud.