13 Jul 2025, Dom

Quiebre al interior del gobierno Argentino. Conflicto entre presidente Milei y la vicepresidenta Villarruel

El binomio presidencial argentino ha llegado a un punto de no retorno. La vicepresidenta, Victoria Villarruel, ha roto definitivamente con Javier Milei de una forma poco convencional: a través de su cuenta de Instagram. En una serie de respuestas a mensajes que la acusaban de “traición” por permitir, como presidenta del Senado, la votación de leyes que incrementan el gasto fiscal, dejó clara su postura que se opone al enfoque de Milei sobre el superávit fiscal.

La sesión en el Senado, que resultó en un golpe contundente para el mandatario, inquietó a Villarruel, quien no dudó en aconsejar a Milei que, si realmente le preocupa el equilibrio fiscal, debería “ahorrar en viajes y en la SIDE”. Los intercambios entre ambos escalaron rápidamente, llevando a Villarruel a calificar a Milei de infantil y desconectado de la realidad de los ciudadanos argentinos, a pesar de vivir en un “palacio”.

La mala relación entre ambos se puede rastrear hasta el inicio de su gestión en diciembre de 2023. Villarruel, enraizada en una familia militar y con una postura negacionista respecto a la dictadura, esperaba un control significativo en los ministerios claves. Sin embargo, Milei la dejó al margen y su influencia fue relegada. Este desencuentro personal ha permeado en las estrategias políticas, donde se sospecha que Villarruel busca posicionarse para futuras candidaturas fuera del marco de La Libertad Avanza.

La tensión se intensificó durante un evento oficial, donde Milei ignoró a su vicepresidenta, una falta que representó el nivel de discordia existente. A medida que la oposición votaba el aumento de pensiones y más fondos, Milei y su entorno arremetieron contra Villarruel, acusándola de no haber hecho nada para detener la sesión. En su defensa, la vicepresidenta recordó que, como presidenta del Senado, no puede convertirse en un bloqueo y resaltó la urgencia de responder a las necesidades de los ciudadanos más vulnerables.

Finalmente, Villarruel cerró su defensa con que, aunque se le acuse de corrupción, ella vive de su sueldo en lugar de gastar en viajes costosos. “Yo razono con rectitud. Si fuera desleal, hace rato que estoy haciendo merengue con lo que veo”, concluyó en un tono que no dejó lugar a dudas sobre su descontento.

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