Por larespuestacl 
En un seminario reciente, el abanderado del Partido Republicano, José Antonio Kast, causó controversia al afirmar que “el Congreso es importante, pero no es tan relevante como imaginan”. Esta declaración, destinada a generar una retórica sobre el futuro de la gobernabilidad, fue rápidamente criticada por figuras de diversos sectores políticos.
Kast, al hablar sobre las garantías de gobernanza en caso de llegar a La Moneda, sugería que el Congreso debe respetar más la autonomía presidencial para implementar proyectos de ley. Según él, “no necesitamos más leyes para aplicar la ley”, lo que plantea interrogantes sobre su entendimiento de la relación entre los poderes del Estado.
Las reacciones no se hicieron esperar. Evelyn Matthei, de Chile Vamos, respondió a Kast, subrayando que la relevancia del Congreso es indiscutible, sobre todo por su facultad de acusar constitucionalmente al Presidente. La diputada Ximena Ossandón fue más contundente, argumentando que gobernar por decreto es un camino peligroso, típicamente asociado a regímenes autoritarios.
Desde el oficialismo, las respuestas fueron aún más críticas. Juan Luis Castro del Partido Socialista advirtió que las insinuaciones de Kast abren la puerta a prácticas autoritarias y que estos retrocesos son inaceptables en una democracia consolidada. Para Yasna Provoste de la DC, las proclamas de Kast reflejan la visión global de la ultraderecha que busca eludir los procesos democráticos.
Al interior del Partido Republicano, se defendió la perspectiva de Kast, argumentando que su intención es promover la eficiencia en la administración pública, en lugar de encontrar culpables en el Congreso por la falta de implementación de políticas.
Este episodio resalta un conflicto fundamental en Chile: la tensión entre el activismo presidencial y el rol del Congreso. A medida que se acercan las elecciones, el enfoque de los candidatos hacia la gobernanza y la institucionalidad será uno de los temas más discutidos.