El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha generado controversia al aparecer en Alaska con un jersey que ostenta las siglas «CCCP», haciendo referencia a la antigua Unión Soviética. Este hecho se da a días de la tan anticipada reunión entre Vladímir Putin y Donald Trump, donde el conflicto en Ucrania acapara la agenda.
En una breve aparición ante la prensa, Lavrov mantuvo un tono cauteloso, sugiriendo que “no hay que anticiparse”. Con la combinación de su vestimenta simbólica y el contexto histórico de Alaska, la llegada del ministro ruso no solo busca un impacto político, sino también un eco de los tiempos de la Guerra Fría. En sus declaraciones, reiteró la intención de presentar “argumentos” claros en la reunión, lo que deja entrever un enfoque estratégico en las conversaciones.
Este encuentro no solo tiene implicaciones políticas, sino un profundo significado simbólico: es la primera vez que un presidente ruso visita Alaska desde que Estados Unidos adquirió este territorio en 1867 por la suma de 7,2 millones de dólares. Este hito podría servir a Putin como justificación para discutir la flexibilidad de las fronteras y el redibujado de los mapas en un mundo cada vez más cambiante.
Acompañando a Putin, se encuentran figuras clave del gobierno ruso, tales como los ministros de Defensa y Finanzas, Andréi Beloúso y Antón Siluánov, así como el asesor presidencial Yuri Ushakov y el enviado especial Kiril Dmítriev, lo que sugiere que la cumbre no se tomará a la ligera.