24 Ago 2025, Dom

Notting Hill: Carnaval, Multitudes y el Ojo Vigilante de la Tecnología

El carnaval de Notting Hill, que se celebrará en Londres durante el próximo fin de semana, espera atraer a una multitud de aproximadamente dos millones de personas para celebrar la rica cultura afrocaribeña. Sin embargo, este año, el evento tendrá un trasfondo intrigante y controvertido: la implementación de cámaras de reconocimiento facial en las entradas y salidas, una medida que ha levantado muchas cejas.

Según la policía, el objetivo de esta estrategia es ‘identificar e interceptar’ a personas buscadas en tiempo real. Mark Rowley, jefe de la Policía Metropolitana de Londres, declaró que el uso de esta tecnología ha permitido más de 1.000 detenciones desde principios de 2024. Desde su introducción en 2016, el uso de reconocimiento facial se ha disparado en el Reino Unido, pero no sin generar críticas y preocupaciones sobre la privacidad.

De acuerdo con la ONG Liberty, en 2024 se escanearon los rostros de 4,7 millones de personas. No obstante, grupos de derechos humanos como Big Brother Watch advierten que esta tendencia transforma al Reino Unido en ‘un país de sospechosos’. La ausencia de un marco legislativo claro ha permitido a la policía actuar a su antojo, estableciendo reglas propias en este ámbito.

Además, el uso de tecnología de vigilancia no se limita a la policía; supermercados y tiendas de ropa también la han adoptado para combatir el aumento del robo, utilizando sistemas como Facewatch, que monitorea a sospechosos registrados. Esta práctica ha llevado a expertos a cuestionar la erosión del anonimato en las ciudades, lo que podría impactar la participación en eventos públicos.

A diferencia de la Unión Europea, que tiene regulaciones más estrictas sobre el uso de reconocimiento facial, el Reino Unido parece a la vanguardia de una inquietante tendencia similar a la de países con regímenes autoritarios. Aunque la ministra del Interior, Yvette Cooper, prometió establecer un ‘marco legal’ para regular su uso, la realidad es que se ha dado luz verde a su implementación antes de que dicho marco esté en vigor.

La controversia alcanza su clímax con la aparición de un caso en particular: Shaun Thompson, un hombre de raza negra que fue erróneamente identificado como criminal, lo que subraya la preocupación sobre los sesgos raciales en estas tecnologías. A medida que se acerca el carnaval, las voces opositoras siguen aumentando, advirtiendo que la vigilancia masiva no es el camino hacia una sociedad más segura.

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