Recientemente, los medios de comunicación mexicanos han elevado la voz sobre una noticia que parece sacada de una novela de espionaje: la potencial presencia de miembros de cárteles del narcotráfico en el frente de Ucrania como mercenarios. Según el sitio francés Intelligence Online, esto se basa en un informe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de México, aunque todavía queda por confirmar su autenticidad.
Expertos en seguridad como Manuel Morato, presidente del Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad, han señalado la plausibilidad de estas afirmaciones, sugiriendo que la guerra en Ucrania podría ser un campo de aprendizaje ideal en el uso de tecnologías avanzadas, como los drones.
Sin embargo, no todos están convencidos. Juan Jaramillo, investigador de InSightCrime, manifestó sus dudas en torno a la disposición de los cárteles de exponerse en un conflicto abierto. A su juicio, estos grupos han adoptado el uso de drones de una manera más cautelosa y controlada, formando a sus miembros en México con expertos exmilitares colombianos y evitando así arriesgadas incursiones en zonas de combate.
Otro factor que agrega incertidumbre es la falta de evidencia concreta que demuestre la sofisticación de los drones utilizados por los cárteles en México. Aunque algunos han comenzado a incorporar tecnología dronera, su aplicación ha sido limitada a funciones de vigilancia y ataques básicos.
Un nombre ha surgido en la conversación: el expresidente ruso Dmitri Medvédev, quien ha hecho alusión a la posible participación de cárteles en Ucrania, usando el tema como parte de una narrativa en contra de Occidente. Aunque algunos analistas creen que podría haber un fondo de verdad en sus afirmaciones, otros sugieren que la falta de fuentes confiables impide llegar a una conclusión definitiva.
La realidad es que, a pesar de la tentadora narrativa, hay una notable escasez de pruebas concretas sobre la participación activa de cárteles mexicanos en el conflicto ucraniano. Lo que sí es cierto es que la guerra ha abierto un nuevo campo de batalla en la arena geopolítica, donde incluso los actores más inesperados pueden encontrar un nuevo lugar en el ajedrez mundial.