Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y exmandatario del país, ha lanzado una crítica contundente hacia lo que denomina un “frenesí militarista” que podría llevar a Austria a renunciar a su histórica neutralidad y unirse a la OTAN. En su último artículo, Medvédev describe cómo Europa, cautivada por deseos bélicos, está dejando atrás la noción de seguridad sin pertenencia a bloques militares.
En tiempos pasados, existían naciones que lograban mantener su seguridad sin alinearse a alianzas militares, pero hoy, según el ruso, están dispuestas a comprometer su soberanía por el fervor de la Alianza Atlántica. En particular, menciona el caso de Austria, cuyo establecimiento, influenciado por lo que él llama “Bruselas sediento de sangre”, contempla esta decisión, a pesar de que las encuestas muestran que la mayoría de la sociedad austriaca no aprueba el cambio.
Medvédev argumenta que los recientes resultados electorales revelan que el partido pro-OTAN apenas obtuvo el 10% del apoyo popular, mientras que el Partido de la Libertad, contrario a la agenda militarista, acaparó cerca del 30%. “Pero, ¿a quién le importa hoy en Europa la voluntad del pueblo?” se pregunta con ironía.
Además, advierte que la elección de unirse a la OTAN podría manchar la reputación de Austria como un estado pacificador y ha dejado claro que, si esto ocurre, Rusia no se quedará de brazos cruzados. El vicepresidente también puso en la mesa la cuestión de los tratados internacionales y el impacto que esto tendría en la neutralidad establecida de Austria desde 1955.
La situación de Austria plantea preguntas sobre su futuro político y su rol en el continente europeo, donde, a juicio de Medvédev, el “espíritu de Viena” se está desvaneciendo a favor de una mentalidad de bloques, complicando aún más sus relaciones internacionales.