Por larespuestacl 
Las protestas en Indonesia han alcanzado un nuevo clímax tras el anuncio de subsidios de vivienda para los diputados, que desataron la ira de la población. En Yakarta, manifestantes se enfrentaron a la policía mientras expresaban su descontento con un subsidio de 50 millones de rupias (aproximadamente 2.600 euros), calificado como excesivo en medio de un creciente costo de vida.
Las manifestaciones, que comenzaron el 25 de agosto, se intensificaron debido a la percepción de corrupción dentro del gobierno y la policía, lo que generó un ambiente de desconfianza y furia generalizada. Durante el transcurso de las protestas, se produjeron enfrentamientos violentos en diversas ciudades como Surabaya, Yogyakarta y Bandung.
La situación se tornó crítica cuando un edificio gubernamental fue incendiado, dejando a tres personas muertas y cinco heridas. La indignación se amplificó aún más tras la divulgación de un vídeo en redes sociales que mostraba a un mensajero atropellado por un vehículo policial durante los disturbios, suscitando un clamor por justicia.
El presidente Prabowo Subianto hizo un llamado a la calma en un discurso televisado, expresando su preocupación por el incidente. La policial, que actuó con cañones de agua y gases lacrimógenos, se encuentra bajo un intenso escrutinio, ya que se están realizando investigaciones sobre el atropello y el uso de la fuerza.
A medida que las autoridades detienen a varios miembros de la brigada policial, el descontento social sigue creciendo, e incluso las calles de ciudades como Makassar y Manokwari se han visto arrasadas por la violencia. La situación en Indonesia exige una revisión profunda de sus políticas y prácticas gubernamentales, ya que el eco de las protestas resuena aún más fuerte.