En una reciente rueda de prensa, el primer ministro de Catar, Mohammed Bin Abdulrahman al Thani, expresó su enérgico rechazo al ataque israelí contra representantes del grupo palestino Hamás, llevado a cabo mientras se desarrollaban negociaciones en Doha. Al Thani no solo calificó dicho ataque como una violación de las leyes internacionales, sino también como una falta total de moral, cuestionando cómo puede ser aceptable que un Estado, que se presenta como mediador, se vea enfrentado a un bombardero.
El primer ministro advirtió que Catar no tolerará agresiones a su soberanía y se reserva el derecho a responder con firmeza ante cualquier amenaza que ponga en peligro la seguridad regional. Las explosiones que sacudieron Doha durante la tarde generaron un clima de desconcierto entre sus habitantes, que inicialmente pensaron que eran ruidos comunes de construcción hasta que se dieron cuenta de la gravedad del ataque.
Hamás, en su comunicado, informó la muerte de cinco de sus miembros, aunque aclaró que ninguno pertenecía a su delegación negociadora, un detalle que subraya la complejidad de la situación. Además, un efectivo de las fuerzas de seguridad cataríes también perdió la vida, marcando un episodio trágico en medio de intentos de mediación en la región.
Las reacciones de los ciudadanos cataríes fueron de horror y condena. Para muchos, el ataque israelí no solo es un acto de violencia, sino un mensaje claro de desestabilización y falta de interés en alcanzar un acuerdo pacífico. Al Thani destacó que, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, quienes obstaculizan la paz quedan al descubierto, indicando quién realmente actúa como el ‘bully’ de la región.
La situación se complica cuando se considera que las negociaciones, que en teoría deberían estar avanzando, están siendo interrumpidas por actos de violencia que envían un mensaje contrario a cualquier intento de reconciliación.