En una sorpresiva trama que parece sacada de una novela de ficción, el presidente argentino Javier Milei intentó captar la atención de Lionel Messi en Nueva York, todo con el púrpura trasfondos de las elecciones legislativas que se avecinan. Lo que parecía ser un simple encuentro, se tornó en un verdadero fiasco cuando el astro del fútbol declinó la invitación del mandatario, aduciendo compromisos ineludibles y distanciamiento de la política.
La negativa de Messi ha desatado un torbellino no solo de memes y burlas en las redes sociales, sino que también ha sembrado tensiones dentro de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Con mensajes virales que aluden a un controvertido 3%, que insinuaría vínculos con presuntos sobornos, la situación ha escalado más allá de lo esperado.
El impacto de este rechazo en el panorama político argentino es indudable. Mientras Milei intenta alinear su imagen con uno de los íconos más queridos del país, Messi prefiere mantener su distancia, enfatizando su decisión de no involucrarse en las diatribas políticas. La AFA, por su parte, se encuentra en una encrucijada, enfrentando tanto el humor ácido de las redes como la presión interna por la imagen del fútbol argentino.
Este episodio, que resuena con ecos de tensiones pasadas en el fútbol y la política, pone de manifiesto cómo la imagen puede ser un arma de doble filo en tiempos electorales. ¿Podrá Milei recuperarse de este golpe mediático o la sombra de Messi persistirá en la campaña?