El juez federal Arun Subramanian condenó al rapero Sean Combs, mejor conocido como Diddy, a 50 meses de prisión por dos cargos de transporte para ejercer la prostitución. Además, le impuso una multa de 500.000 dólares. A pesar de haber sido absuelto de los delitos más graves relacionados con crimen organizado y tráfico sexual, la sentencia confirma la gravedad de sus acciones.
Combs, de 55 años, mostró poco impacto emotivo ante la decisión del tribunal, aunque agachó la cabeza mientras el juez le recriminaba el abuso físico y psicológico ejercido contra mujeres como Cassie Ventura y otra víctima cuya identidad se mantiene bajo reserva. Subramanian subrayó que Diddy utilizó su influencia en la música para manipular y violentar a sus exparejas.
El caso ha dejado al descubierto un patrón escalofriante de violencia de género, con testimonios de las víctimas que revelan secuelas hasta el punto de considerar el suicidio. Durante la audiencia, el rapero no escatimó en disculpas, lamentándose por el daño causado y admitiendo haber estado “enfermo” por las drogas, aunque también reconoció que esa no es una excusa válida para sus actos.
“Mis acciones fueron horribles y vergonzosas”, sostuvo mientras se dirigía a su familia, que estuvo presente en la sala. La sentencia es más severa de lo que sus abogados habían solicitado, quienes pedían solo 14 meses. La defensa argumentó que Combs ya ha sufrido un “castigo” público y merece una segunda oportunidad. Sin embargo, Subramanian enfatizó que era crucial que la pena fuera proporcional a la “gravedad” de los delitos.
La audiencia finalizó con el fallo que ordenó la confiscación de bienes utilizados para facilitar sus delitos, marcando así un capítulo oscuro en la vida del artista y un llamado a la reflexión sobre la violencia de género en la industria musical.