Por larespuestacl 
China ha trazado un ambicioso plan para convertirse en el principal proveedor mundial de coches de nueva energía. En 2024, se esperan exportaciones de aproximadamente 4,3 millones de vehículos, de los cuales 1,6 millones serán eléctricos, incluyendo cerca de 750,000 que ya han llegado a la Unión Europea. Las estrategias de expansión de empresas chinas como BYD y Xpeng incluyen asociaciones con marcas locales y la apertura de concesionarios en Europa, enfrentándose a un desafío significativo: el suministro de recambios.
A pesar de que los mecánicos han comenzado a ver los coches chinos con buenos ojos, el verdadero problema surge cuando surgen fallas y es necesario esperar por las piezas de repuesto, las cuales a menudo deben ser enviadas desde China. Ante esta situación, el gobierno chino ha decidido intervenir, anunciando la regulación de ventas en el extranjero mediante nuevos requisitos de licencias de exportación, que entrarán en vigor el 1 de enero de 2026.
Esta normativa, cuyo propósito es mejorar la imagen de los coches chinos y garantizar una atención postventa adecuada, exige que los fabricantes soliciten licencias anuales y se registren en la Lista Certificada de Fabricantes de Vehículos. La medida busca prevenir irregularidades y asegurar que los consumidores reciban la atención necesaria después de adquirir un vehículo.
Al implementar una regulación más estricta, se espera que se mejoren las redes de distribución de repuestos y el soporte técnico especializado. Algunos fabricantes como MG y Omoda ya ofrecen garantías de siete años, mientras que BYD ofrece seis para coches y ocho para baterías. Con esta nueva dirección, China pretende fomentar un desarrollo más saludable para los vehículos de nueva energía y obtener la confianza de los consumidores, quienes en ocasiones se ven reticentes al considerar una compra de tal magnitud.