Con el 92% de las mesas escrutadas en las elecciones legislativas en Argentina, la coalición del presidente Javier Milei, La Libertad Avanza, se alzó con un contundente 40,84% en la categoría de diputados, superando el 24,50% del frente peronista Fuerza Patria. Este evento electoral, esperado por muchos, renovó casi la mitad de la Cámara de Diputados (127) y un tercio del Senado (24).
El oficialismo, tras el resultado, quedó con mayoría en 16 provincias, incluyendo la sorprendente victoria en Buenos Aires, donde el peronismo había dominado con mucha más comodidad en elecciones anteriores. La Libertad Avanza logró imponerse por un escaso punto, lo que fue catalogado como una “gran sorpresa” por expertos y medios.
A pesar de que 35,9 millones de ciudadanos podían votar, solo el 67,5% del padrón se presentó a las urnas, marcando la participación electoral más baja desde 1983, al volver la democracia a Argentina.
El presidente Milei necesitaba al menos un tercio de los escaños en Diputados para mantener su capacidad de veto, un objetivo ambicioso en el que los comicios se consideraron más cruciales que las presidenciales de 2027. Entre los retos enfrentados por Milei están las derrotas en elecciones provinciales pasadas y un duro ajuste económico, acompañado de escándalos personales que no lo han dejado a salvo.
Durante la lucha electoral, los sondeos estaban divididos. Algunos apuntaban a un triunfo del peronismo, mientras que otros favorecían a La Libertad Avanza. Así, este resultado no solo altera el escenario político en Argentina, sino que también ha atraído globalmente la atención, como lo evidenció el interés del expresidente estadounidense Donald Trump, que condicionó el apoyo financiero a los resultados de estas elecciones.

