Sin tapujos, el candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, ha desatado una tormenta política en Chile al afirmar que apoyaría un nuevo golpe de Estado si se repiten las circunstancias de 1973. En una reciente entrevista con Tomas Mosciatti, Kaiser dejó claro su apoyo a la controversia figura histórica, levantando críticas de todos los sectores.
En medio de una conversación acalorada, el diputado no vaciló en reafirmar su postura sobre el golpe de Estado de 1973, calificándolo como un “pronunciamiento militar”. Frente a la insistencia de Mosciatti sobre las implicaciones de su apoyo, incluidas las violaciones de derechos humanos, Kaiser fue directo: “Con todas las consecuencias, lamentablemente. Y eso es algo que tenemos que hacernos cargo”.
La respuesta de Kaiser ha sido calificada como alarmante y problemática por varios analistas y figuras políticas, quienes advierten de un retorno a un discurso que incita a la violencia y la polarización. La abogada y diputada Carmen Hertz ha denunciado la visión de Kaiser, afirmando que su postura puede llevar a Chile a un ‘reducto del terror’.
No se detuvo ahí. Kaiser no dudó en expresar su deseo de ilegalizar el Partido Comunista y cambiar la realidad del Museo de la Memoria, además de transformar la situación de los criminales de lesa humanidad en Punta Peuco. Sus declaraciones han puesto en alerta a muchos sobre un posible retorno a medidas autoritarias en la política nacional.
A medida que la controversia crece, la reacción pública es ferviente. Los críticos no solo desconfían de las intenciones de Kaiser, sino que también cuestionan el momento histórico que parece recalcar. “Johannes Kaiser no solo ignora la historia: la insulta”, dijo el abogado José Toro Kemp, sumando críticas a las palabras del candidato.
Con la polarización en aumento y un aire de incerteza que recorre el panorama político chileno, las palabras de Kaiser invitan a la reflexión sobre la democracia, sus límites y el respeto a los derechos humanos.