Las escuelas públicas de El Salvador han comenzado a implementar un estricto control que incluye la revisión del uniforme de los estudiantes, la adecuación de su cabello y la promoción de un saludo respetuoso. Estas medidas, presentadas como una cuestión de “orden y disciplina”, son impulsadas por la nueva ministra de Educación, la capitana Karla Trigueros.
El presidente Nayib Bukele defendió estas acciones, asegurando que tienen como objetivo prevenir la influencia de pandillas en el entorno escolar. En un video compartido en X, mostró imágenes de presuntos miembros de pandillas y recordó el pasado problemático de los centros educativos en el país.
Bukele mencionó que muchos jóvenes se encuentran en prisión, otros en cementerios y muchos más siguen desaparecidos, señalando que las autoridades deben tomar medidas para evitar repetir estos trágicos eventos. En su defensa, argumentó que “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.
El nombramiento de Trigueros ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos aplauden el intento de restaurar el orden, otros critican el enfoque militarizado de la administración. Esta última parece manifestarse no solo en las políticas educativas, sino en un documento enviado a las escuelas que establece un Reglamento para la Promoción de la Cortesía Escolar, que entrará en vigencia el 1 de septiembre.
La ministra ha declarado la importancia de fomentar expresiones cotidianas como “buenos días” y “gracias”, bajo la premisa de fortalecer la cultura ciudadana desde temprana edad. Sin embargo, el Reglamento también establece que la omisión de estos cumplimientos resultará en la acumulación de “deméritos”, que pueden conllevar desde sanciones hasta la suspensión del año escolar.