Por larespuestacl 
Un nuevo impulso está tomando fuerza en Francia con el movimiento ciudadano “Bloquons tout” (Bloqueemos todo), que se presenta como una férrea oposición a las políticas de austeridad implementadas por el gobierno. La Confederación General del Trabajo (CGT) ha hecho un llamado enérgico a organizar huelgas en todos los sectores el próximo 10 de septiembre, señalando que este evento debe ser un “primer paso exitoso” hacia un cambio significativo.
El secretario confederal de la CGT, Thomas Vacheron, ha destacado la importancia de este movimiento emergente contra la violencia social, algo que considera “una muy buena noticia”. Esta movilización ha sido impulsada en gran parte por la dinámica de redes sociales y el apoyo de figuras conocidas de la izquierda radical, como Jean-Luc Mélenchon. Sin embargo, no todos están de acuerdo con este enfoque.
Por su parte, la CFDT, el sindicato más grande del país, se mantiene al margen del movimiento y busca proponer una fecha de movilización alternativo en la reunión intersindical. Marylise Léon, su líder, enfatizó que la CFDT no se alinea con la “desobediencia” promovida por los organizadores del movimiento. Esto plantea un escenario interesante en el que los sindicatos más influyentes del país tienen posturas divergentes sobre cómo enfrentar la creciente inquietud social.
El apoyo de antiguos “chalecos amarillos” añade una dimensión interesante a la convocatoria del 10 de septiembre. Con reuniones locales que buscan afianzar el movimiento, la posibilidad de que esta movilización atraiga la atención del público es alta. Aunque algunos, como Nicolas, trabajador del sector público, se muestran escépticos ante un estallido inmediato, otros como Patrick están listos para unirse a las acciones de protesta, señalando que “el pueblo está harto”.