La filial brasileña de Volkswagen se halla bajo la lupa tras ser condenada a pagar una multa de 165 millones de reales brasileños (aproximadamente 26 millones de euros) por supuestas acusaciones de explotación laboral en condiciones similares a la esclavitud. Este fallo se relaciona con la gestión de la planta productiva agrícola durante la oscura dictadura militar en Brasil (1964-1985).
El juez Otavio Bruno da Silva Ferreira destacó que las pruebas muestran cómo la empresa no solo invirtió en la ‘Companhia Vale do Rio Cristalino‘, sino que también jugó un papel activo en su administración, lucrándose de prácticas laborales inaceptables. En la ‘Hacienda Vale do Rio Cristalino‘, ubicada en el estado de Pará, los trabajadores sufrieron un régimen de servidumbre y condiciones extremas de trabajo.
“Los informes y los testimonios documentan un modelo de explotación que incluía violencia y servidumbre por deudas, constituyendo así un ejemplo moderno del trabajo esclavo”, argumentó Ferreira. Esto evidencia el desvío de recursos públicos durante la dictadura, los cuales, en vez de contribuir al desarrollo social, se utilizaron para maximizar las ganancias de la empresa.
Además de la significativa multa, Volkswagen deberá emitir una disculpa pública a las víctimas de este abuso, lo que marca un precedente en la rendición de cuentas de grandes corporaciones. La compañía ha anunciado su intención de apelar la decisión, reiterando su compromiso con la dignidad humana y asegurando que cumplió con la legislación laboral vigente.
Este caso pone de relieve la importancia de velar por los derechos laborales y el papel de las empresas en respetar la ética en sus operaciones, más aún al recordar capítulos dolorosos de la historia.