Por larespuestacl 
La situación humanitaria en Gaza se deteriora rápidamente. Miles de bebés corren el riesgo de morir por inanición, y a medida que los bombardeos continúan, la ayuda humanitaria se encuentra retenida. La ONU ha emitido un aviso alarmante, asegurando que cerca de 14,000 bebés podrían perder la vida en las próximas 48 horas si no se permite el ingreso masivo de ayuda.
El subsecretario general de la ONU, Tom Fletcher, ha enfatizado que la cantidad de suministros autorizados por Israel es “una gota en el océano”. A pesar de que se permitió el paso de 93 camiones con alimentos y medicinas hacia Gaza, la ayuda aún no ha llegado a los necesitados debido a restricciones impuestas por las fuerzas de seguridad israelíes.
En medio de ataques continuos, al menos 44 personas murieron en los recientes bombardeos, y la ONU ha denunciado que la entrada de ayuda ha sido casi inexistente desde comienzos de marzo. Aunque la autorización de algunos envíos es un paso positivo, claramente no es suficiente para hacer frente a la extrema crisis alimentaria que afecta a más de dos millones de personas en Gaza.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha minimizado la entrada de ayuda, argumentando que las imágenes de hambruna podrían poner en riesgo el apoyo militar y diplomático que recibe su gobierno. Esta postura ha generado críticas desde naciones aliadas como el Reino Unido y Francia, que amenazan con “medidas concretas” si no se detiene la ofensiva militar.
Sorpresivamente, Netanyahu admitió que su gobierno permitió años de transferencias de fondos de Qatar a Hamás, lo que ha reavivado tensiones internas y externas. En un clima de creciente descontento, el líder opositor Yair Golan ha cuestionado la moralidad del gobierno: “Un país cuerdo no asesina bebés como pasatiempo”, dijo, resonando con el desasosiego que vive la población.
La crisis en Gaza ilustra el complejo entramado de presión internacional, reproches internos y la continua tragedia humanitaria en curso.