Una marcha convocada por jóvenes peruanos el pasado sábado 20 de septiembre se tornó violenta, dejando varios heridos y un detenido en Lima. Las razones detrás de estas protestas son variadas, incluyendo la oposición a leyes recién aprobadas, la demanda de justicia para los 49 manifestantes asesinados entre 2022 y 2023, así como el rechazo al aumento de la delincuencia organizada.
Colectivos juveniles, gremios y organizaciones sociales participaron en la protesta ‘Generación Z’, que busca expresar su descontento hacia el régimen de Dina Boluarte y un Congreso que se encuentra cada vez más en la mira de la opinión pública. La movilización también fue impulsada por el malestar respecto a la reforma del sistema de AFP, el aumento de la delincuencia y la influencia indecorosa sobre las instituciones de justicia.
Según reportes de brigadistas que prestaron primeros auxilios, al menos cinco personas resultaron heridas por proyectiles de goma disparados por la Policía Nacional del Perú (PNP) en la avenida Abancay, una de las principales vías que conducen hacia la Plaza San Martín, zona clave de la concentración. La PNP desplegó alrededor de 1.000 efectivos en el centro histórico de Lima para controlar el acceso de los manifestantes a lugares cruciales como el Palacio de Gobierno y el Congreso, que estaban rodeados por fuertes cordones de seguridad.
En el ámbito legislativo, el Congreso realizó modificaciones a la nueva ley de pensiones tras múltiples protestas, eliminando el aporte obligatorio a las AFP para los trabajadores independientes. Sin embargo, persisten críticas por parte de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), que alertó sobre varios aspectos riesgosos que requieren revisión, como la afiliación automática al Sistema Privado de Pensiones (SPP) y el aumento de la edad para acceder al Régimen de Jubilación Anticipada (REJA), de 50 a 55 años, lo que limita las opciones de retiro para los trabajadores.