La reciente actualización de la Norma Técnica 150, bajo el título “Norma Técnica Criterios de Clasificación Hospitalarios”, ha causado una tormenta de preocupaciones en el sector de la salud en Chile. Esto se debe a la implementación del Decreto Exento 243 por parte del Ministerio de Salud (Minsal), lo que ha suscitado la indignación de matronas y matrones en el país.
Jimena González, representante del Colegio de Matronas y Matrones de Chile, expresó su profunda sorpresa y preocupación, señalando que esta norma no solo corre el riesgo de dejar a muchos profesionales sin empleo, sino que también representa una grave vulneración de derechos para las mujeres y los recién nacidos.
“Esto es un retroceso en la salud pública tremendo. Deja a la atención de salud sexual y reproductiva como indiferenciada”, manifestó González, advirtiendo que las pacientes embarazadas no serán tratadas con la urgencia y el cuidado que requieren, al ser hospitalizadas junto a otros pacientes con condiciones completamente distintas.
El temor radica en que, en situaciones de emergencia, las embarazadas podrían ser atendidas por profesionales no especializados, lo que representa un riesgo inaceptable. Imaginemos a una mujer en trabajo de parto, junto a una persona con gastroenteritis en el mismo servicio de urgencias, una situación que pone en peligro la salud tanto de la madre como del bebé.
González cuestionó la capacidad de otros profesionales, como médicos generales o enfermeras, para llevar a cabo un parto adecuado. La especialista denunció: “son profesionales muy capaces, pero que no tienen idea de hacer un parto vaginal”, apuntando la necesidad urgente de atención especializada.
Con un gobierno que se ha autoproclamado feminista, las matronas se sienten cada vez más decepcionadas por la falta de acciones concretas en beneficio de sus derechos y la salud gestacional.