El clima de tensión se propaga mucho más allá de Los Ángeles. Ciudades como Nueva York, Seattle y San Antonio han sido epicentro de protestas contra las recientes detenciones masivas de inmigrantes que ordenó la Administración de Donald Trump. La noche del miércoles fue testigo de manifestaciones intensas, que se espera continúen durante el fin de semana.
En Los Ángeles, la saga de protestas se extendió a su sexta jornada, mientras que en Seattle cientos de personas marcharon hacia un edificio federal que atiende casos de inmigración. Las fuerzas de seguridad intentaron dispersar la multitud con gas pimienta, ante un ambiente de creciente confrontación entre manifestantes y agentes. Informes indican que hubo enfrentamientos, y en Nueva York, la Policía arrestó a 86 personas en medio de protestas que comenzaron pacíficamente.
Mientras tanto, en San Antonio, Texas, más de 400 personas se reunieron frente al ayuntamiento, también en contra del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Sin embargo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, decidió desplegar la Guardia Nacional en varias ciudades, expresando su intención de evitar que lo sucedido en California se repita en su estado.
Por otro lado, California ha tomado medidas legales contra la administración Trump por el despliegue de tropas en Los Ángeles, lo que ha generado un debate nacional sobre el uso de las Fuerzas Armadas en territorio estadounidense. La decisión de enviar 700 Marines a la ciudad, en medio de investigaciones jurídicas sobre su legalidad, ha polarizado aún más a la nación.
Ante la creciente tensión, Los Ángeles mantiene un toque de queda impuesto por la alcaldesa Karen Bass, que busca controlar la situación. La medida afecta a las actividades nocturnas, aunque las fuerzas del orden y otros grupos específicos quedan exentos.