Elegir una carrera universitaria solía ser sinónimo de estabilidad laboral. Sin embargo, el actual escenario laboral se presenta cambiante e incierto, especialmente con la irrupción de tecnologías impulsadas por la inteligencia artificial.
La digitalización y la transformación de los modelos de trabajo han desdibujado lo que antes se consideraba una apuesta segura. La evolución del mercado ha llevado a que varias profesiones, antes indispensables, pierdan su proyección y garantía de empleabilidad. Un análisis reciente realizado con la ayuda de ChatGPT revela cinco carreras que han visto mermada su competitividad debido a la aparición de nuevas especializaciones más acordes a las demandas actuales.
A pesar de que estas disciplinas aún retienen su valor formativo, los egresados podrían enfrentarse a dificultades para insertarse o mantenerse en un entorno laboral cada vez más definido por la tecnología. Las cinco carreras en cuestión son:
- Contador Auditor: La automatización contable y el uso de software especializado han reducido drásticamente la necesidad de profesionales para tareas rutinarias, augurando un futuro donde muchas funciones serán reemplazadas por sistemas inteligentes.
- Diseño Gráfico: La aparición de plataformas de diseño asistido por inteligencia artificial ha permitido a personas sin formación especializada crear contenido visual, saturando el mercado y disminuyendo la valoración de los servicios estándar.
- Derecho: La presencia de abogados sin especialización y la digitalización de trámites básicos han limitado las oportunidades laborales en el ámbito jurídico, donde procedimientos simples pueden resolverse mediante plataformas legales automatizadas.
- Administración de Empresas: Aunque continúa siendo una carrera demandada, su enfoque generalista ha quedado corto frente a las exigencias actuales, donde las empresas buscan perfiles con habilidades en gestión digital y análisis de datos.
- Periodismo: El cierre de medios tradicionales y el auge de la generación de contenido automatizado han transformado drásticamente el ecosistema informativo, relegando al periodismo clásico frente a modelos digitales e independientes.
Las proyecciones son claras: el mundo laboral se ajusta a las nuevas realidades tecnológicas y los futuros profesionales deben adaptarse o arriesgarse a quedar rezagados.