El segundo día de cónclave en el Vaticano dejó a todos boquiabiertos, pues el cielo de Roma se tiñó de blanco tras la histórica fumata que anunció la elección de un nuevo Papa. A las 18:00, la Plaza de San Pedro se llenó de júbilo, mientras los 133 cardenales se encerraban tras las murallas buscando consensuar el futuro de la Iglesia.
En una jornada cargada de emociones, los cardenales votaron en la Capilla Sixtina. La mañana comenzó temprano con una misa en el Palacio Apostólico. Sin embargo, las primeras dos votaciones resultaron en humo negro, causando decepción entre los fieles congregados. Pero la esperanza renació al atardecer, y la fumata blanca se convirtió en la estrella de la jornada.
A pesar de la incertidumbre, los medios italianos especulan que la elección podría anunciar a un cardenal italiano como nuevo líder, algo que no ocurre desde 1978. Nombres como Pietro Parolin y Matteo Zuppi sonaron con fuerza. La atmósfera en San Pedro era mágica: los turistas se movilizaban, algunos incluso se habían desplazado desde Francia para ser parte de este momento histórico.
Por detrás del telón de la elección, el cónclave ha sido marcado por una diversidad de opiniones y candidatos. Con cardenales de todo el mundo y sin un favorito claro, las votaciones se tornan aún más intrigantes. Se espera que la fumata blanca no sea un suceso aislado, sino el inicio de un nuevo rumbo para la Iglesia Católica en tiempos globales complejos.